El evento organizado por la SAD es una constante cada dos años. Esta fue la primera vez que se realizan en la provincia.
Unos mil especialistas participaron del cierre de las VI Jornadas Nacionales de Diabetes organizadas por la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), en Tucumán. “Tuvimos la oportunidad de debatir aquí y exponer los errores que cometemos muchas veces para poder tomar conciencia de ellos”, expresó la responsable del programa científico del encuentro, María Cristina Faingold, del Servicio de Endocrinología del Centro de Salud César Milstein. “Diabetes: ¿Es inexorable la evolución hacia las complicaciones?”, fue el lema propuesto para tres días de exposiciones y debates. La respuesta a esa pregunta siempre apuntó hacia la misma clave: concientizar a los médicos sobre técnicas de educación diabetológica para lograr que el paciente sea activo para lograr un mejor control y una mejor calidad de vida.
Las charlas tuvieron lugar en el salón San Martín del hotel Catalinas Park, en San Miguel de Tucumán. Allí, se congregaron asistentes con altos niveles de discusión en torno a la temática del evento. Al igual que se hizo en las etapas anteriores, se presentó el caso hipotético de una mujer con diabetes tipo 2. Juana, con 63 años, sufre un infarto al cabo de una vida de escasa adherencia al tratamiento y poco énfasis por parte de los médicos tratantes a pesar de los antecedentes de fallecimiento de su padre por infarto y diabetes gestacional de parte de su madre.
Esa situación se puede observar en la vida real, ya que las enfermedades cardiovasculares “son responsable del 70 por ciento de las muertes de los pacientes con diabetes”, indicó el presidente de la SAD, Pablo Arias.
Ante un panorama extremo como el de Juana, los especialistas recomendaron una inmediata angioplastia (intervención para reabrir la arteria ocluida). Pero, en algunos pacientes es necesario utilizar la cirugía bariatríca (bay pass gástrico). Sirve para sortear las complicaciones cardiovasculares en quienes no respondan a los tratamientos médicos habituales (medicación antidiabética oral o insulina). Esta metodología fue presentada en el marco de la exposición llamada “Cirugía bariátrica. Visión de una diabetóloga” por Susana Fuentes, integrante del equipo interdisciplinario de los hospitales bonaerenses “El Cruce” de Florencio Varela y Evita Pueblo de Berazategui.
Esa intervención es una novedad en el campo de la medicina diabetológica y aún está en estudio, dado que recién en 2007 se validó la instrumentación a nivel mundial en pacientes diabéticos. “La cirugía se utiliza para el tratamiento de la obesidad, pero se comenzó a ver que en los pacientes que eran diabéticos reducían la dosis o hasta dejaban de requerir fármacos después de la cirugía. Lo que se ve hasta el momento es muy prometedor porque si se seleccionan correctamente los pacientes pueden lograr la remisión, es decir, que dejen de requerir la medicación por lo menos hasta por diez años”, explicó Fuentes. Sin embargo, esta intervención tiene una tasa de mortalidad de dos a cuatro por ciento dependiendo de la experiencia del centro quirúrgico, por lo que esta intervención, por ahora, queda reservada para casos verdaderamente problemáticos.
En Argentina, actualmente, operan a diabéticos tipo 2, con un nivel de obesidad bajo, cuyo índice de masa corporal está entre 30 y 35. La intervención logra la redistribución del pasaje del alimento en el tubo digestivo. Tras la operación, la comida entra en contacto inmediato con el intestino y esto estimula la secreción de una hormona (GLP1) que promueve la producción de insulina.
Respecto del caso de Juana, el Jefe de Sección de Diabetes del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y coordinador del bloque de cierre, Isaac Sinay, opinó que “hubo que resolver situaciones que tienen que ver con cómo uno trabaja cuando el paciente ya está muy complicado, que no son las condiciones óptimas porque la calidad de vida del paciente está alterada y además porque al sistema le cuesta muchísima más plata. Entonces nos damos cuenta de que hay que trabajar en la prevención”.
“Disruptores endócrinos, obesidad y diabetes”, fue la conferencia de cierre que estuvo a cargo del doctor en Carlos Chichizola. El especialista dio cuenta de cómo afectan diversos factores que están en el ambiente y en los animales que ingerimos que repercuten en la salud humana químicamente.
“Los disruptores son moléculas sintéticas, producto de diversas actividades (plaguicidas y conservantes, por ejemplo) que se producen en el mundo que actúan a dosis muy bajas y se acumulan en el cuerpo, en la atmósfera, la tierra y en la grasa de los animales. Aún no está determinada la relación directa con la diabetes, pero está ligada a la obesidad y por lo tanto produce un efecto en las personas con diabetes”.
Chichizola señaló que esas moléculas que pueden generar efectos letales en las personas “ya se han encontrado en mamas o tejido adiposo abdominal de personas que no están enfermas, pero que pueden desarrollar alguna complicación en el tiempo, como mutaciones y modificaciones a nivel químico”. Son sustancias lipofílicas, es decir, que se depositan en las grasas y se encuentra también en comidas enlatadas o “chatarra”, por lo que la mejor opción es evitarlas. Otras recomendaciones son realizar actividad para oxigenar el cuerpo y no estar expuestos a sustancias químicas.
El control con diversos especialistas (cardiólogo, oftalmólogo, nefrólogo, entre otros) y los beneficios de la toma de aspirina en dosis bajas fueron otros de los temas abordados. Cuestiones como la asistencia psicológica de los pacientes, fueron ejes que los especialistas resaltaron a lo largo de las jornadas. Todos ellos con el mismo fin: la educación para un diagnóstico certero y una mejor calidad de vida.